Tras dos años de postergaciones, la Cooperativa de Servicios Públicos de Doblas prepara una nueva edición presencial de su Expo Apícola. "La hemos programado para los días 25 y 26 de agosto, y seguramente resultará un éxito, reflejando la recuperación que muestra la apicultura, con cosecha récord y una gran temporada productiva", anticipa Jorge Páez, titular de la Cosedo. La tradicional cita pampeana es uno de los encuentros más importantes del país para la actividad, junto a la Expo Maciá (Entre Ríos, 25, 26 y 27 de marzo) y la Fiesta Nacional de la Miel en Azul (Buenos Aires) a mediados de junio.

Los productores pampeanos disfrutan "un gran año apícola, con excelentes condiciones climáticas, colmenas en buen estado y un cosecha cercana a los mejores rindes históricos". Un punto en contra es el valor actual de la miel: "los precios no son buenos, pero al menos se compensa mejor la ecuación con un mayor volumen". Por ahora, "los exportadores manifiestan escaso interés y existe poca demanda, aunque tenemos la esperanza de que eso se revierta" dice Páez.

De todas maneras, los apicultores no pueden esperar. "Hay necesidades puntuales, como el pago de tambores, empleados y la multiplicación y mantenimiento de los apiarios, compra de reinas, materiales, alzas y cuadros", explica.

En auge.

En Argentina la apicultura viene recuperándose de temporadas muy afectadas por vaivenes políticos y económicos. "Ahora viene creciendo el número de colmenas y apicultores, y la actividad se encuentra nuevamente en auge", comenta Páez. En ese contexto, la Cosedo implementó hace dos años un exitoso programa para atraer jóvenes emprendedores: "los que se incorporaron el año pasado ya están afianzados y les fue muy bien en esta cosecha. Ahora estamos sumando otro grupo de 8 ó 10 chicos".

Por la inyección de productores y colmenas está "quedando chica" la sala de extracción comunitaria. "Nuclea a más de 60 productores y funciona todo el año. Estamos planificando cerrar algunos galpones y gestionando recursos para ampliar la infraestructura". La sala funciona de 4 a 21,30 horas, con diez empleados. "La apicultura genera mano de obra e ingresos genuinos y provoca un movimiento económico muy importante", destaca Páez.

Es lo que soñaba Carlos Núñez, cuando emprendió esta aventura, hace más de 35 años. "Fue el gran ideólogo y su sueño se cumplió con creces". Aquella impronta productiva del pionero se refleja hoy en la marca "Perla del Médano", identificación de origen que llevarán las etiquetas de agua y miel envasadas en la Cosedo. "Ya culminamos la obra civil para la planta de agua: solo falta adquirir las máquinas y ponerla en marcha". Y mientras esperan terminar la cosecha para echar a andar la envasadora de miel, acunan nuevos sueños: "también queremos plantar olivos. Visitamos una plantación de la Cooperativa de Puán y hablamos con Carlos Ferrero (intendente de Pichihuinca y apicultor). La idea es seguir generando trabajo genuino en el pueblo". Y así viene, a pleno, la Cosedo.