El contagio de Covid-19 por parte del médico Matías Altamira de la localidad de Bernasconi, ha generado preocupación en las comunidades del sur provincial que llevaban varios días con status libre de contagios.

A través de las redes sociales o directamente con mensajes a esta corresponsalía, vecinos de estas localidades hicieron conocer su preocupación al momento de conocerse el contagio del médico, que al parecer, le sucedió en la guardia del Hospital Lucio Molas. Más allá de las decisiones que deben tomar quienes están al frente de la lucha contra la pandemia y en particular, siendo también los que están más expuestos, que sufren esas consecuencias y por ende, el Ministerio de Salud debe recurrir a profesionales del interior de la Provincia, para seguramente cubrir esas faltas temporales.

El temor se genera en el después. Porque el profesional que concurre a cumplir servicio a un determinado lugar donde el Covid-19 está latente, vuelve a su lugar de origen sin saber que ha sido contagiado, y seguramente habiendo utilizado todos los protocolos.

Indudablemente que en época de pandemia como la que nos ocupa hoy, lo ideal es tener el menor contacto posible, las distancias correspondientes y concurrir al hospital solo en caso de necesidad, pero también quedan expuestos por contacto otros agentes sanitarios que terminan aislados por un determinado tiempo, aunque luego surja que no fueron contagiados.

Son trabajadores esenciales y de absoluta disponibilidad, nadie lo ha objetado, por ahí algunos deslizan que existen más de dos profesionales en una localidad, donde uno podría cumplir varios días las tareas en la ciudad y que al regresar se preserve aislado, los días que recomienden las autoridades sanitarias, por lo menos hasta que esté la vacuna o baje en forma pronunciada la cantidad de contagios.