En Miguel Riglos, la cooperativa de servicios públicos reveló la imperiosa necesidad de obras sobre el sistema de distribución de agua potable y también avisó que por el constante crecimiento de la localidad están al límite de la capacidad y también se requieren inversiones.

La gerenta de la entidad, Fabiana García, sostuvo en diálogo con La Arena que en el caso del agua han elaborado un proyecto integral junto al municipio, pero auguró desventuras ante la decisión del gobierno nacional que repercute en el provincial de recortar al mínimo los recursos para este tipo de obras.

Dijo también que presentaron un proyecto en la Secretaría de Energía para hacer una línea que permitirá abastecer de corriente eléctrica a nuevos barrios de viviendas sociales, loteos, la futura zona industrial que se está pergeñando y especialmente al complejo de salud y deportes próximo a inaugurarse.

Reiteró viejos reclamos sobre la inestabilidad de la línea de alta tensión que desde Macachín abastece a Riglos y Anchorena, la localidad interconectada. Y añadió que esta última localidad demanda potencia por los emprendimientos comerciales e industriales que se están desarrollando.

Problemas de agua.

La red de distribución de agua potable data de 1970 y está obsoleta. Las pérdidas son enormes por las roturas y eso requiere de mayor caudal. “Tenemos problemas de calidad y cantidad. La calidad la venimos controlando, pero cada día se hace más difícil el tema de la cantidad porque por las pérdidas en la red no alcanza nada”, indicó la dirigente.

Informó que tuvieron desde la cooperativa “una reunión con las nuevas autoridades para hablar del tema. En la gestión de Federico Ortiz se hizo un estudio y un proyecto integral muy bueno, pero hay que conseguir los recursos y es algo difícil por las decisiones actuales en materia de obra pública”.

Añadió que “además de la red, se necesita mayor capacidad de almacenamiento” y afirmó que “acordamos por lo menos empezar de a poco, sabemos que completa la obra no se puede hacer. Vamos a habilitar un pozo que está hecho, nosotros ponemos la bomba y la municipalidad la cañería de 400 metros para vincular el pozo al resto de la red. Con eso paliamos un poco la situación, pero el tema que en estas condiciones el agua no alcanza”.

Más energía.

En Riglos trabajan en la construcción de otras 35 viviendas sociales y otras 10 que hace el municipio destinadas a personas mayores. Además, está a punto de inaugurarse el Centro de Rehabilitación, un complejo que incluye piletas de natación climatizadas, restaurante, confitería, gimnasios y un centro médico. “Todo eso requiere energía y en las condiciones que estamos es difícil dar el servicio”, dijo García y acotó que “ya hemos presentado, hace un año, un proyecto en la Secretaría de Energía. Es hacer una línea de 13,2 que nos permita llegar a esa zona, donde también hay otros loteos, emprendimientos y la futura zona industrial porque ahora estamos al límite de nuestra capacidad y estas obras avanzan y luego vienen a pedir agia y energía”.

También se mostró contrariada con los históricos problemas en la línea de 33 kv que abastece a la entidad desde Macachín. “No tiene hilo de guardia, nos dicen en APE, y ante cualquier pequeño problema se corta. Y cada corte es de por lo menos tres horas, el tiempo que tardan en llegar y reparar la falla”, relató.

Sostuvo que “la gente se queja en la cooperativa, y con razón. Por acá se dice que cuando pasa una nube cerca de Macachín, en Riglos se corta la luz”, ilustró.

Las autoridades de APE informaron que harán un nuevo perfilado, trabajando sobre las cadenas de aisladores “y ya nos han dicho que hay unos veinte pozos para hacer descargas a tierra que suplanten de alguna manera la falta del hilo de guardia, pero todavía no hay novedades sobre cuando se hará”.

También mencionó García que “si bien nuestra línea de 13,2 a Anchorena está en buenas condiciones, están allí nuestros mayores usuarios, emprendimientos que requieren cada vez más potencia. Ya hemos avisado que la Provincia debería pensar en una línea de 33kv”.

Inquietud a futuro

“El incremento de tarifas de electricidad del 35% estaba prometido desde septiembre y se aplica sobre los consumos de diciembre. Las cooperativas lo vamos a cobrar recién en febrero, por lo que el desfasaje es grande”, dijo la gerente de la cooperativa riglense al analizar la situación de la entidad.

“Sabemos que nuestros trabajadores tienen sueldos bajos, que la inflación nos come a todos, pero la cooperativa no tiene más posibilidades”, agregó. Reiteró lo que todos saben, “los costos operativos suben todos los días y a pesar de algún ajuste en las tarifas de agua e internet, que están muy retrasadas, los números no cierran”, y advirtió que “ese aumento es anterior y no sabemos que va a pasar con las decisiones del gobierno nacional con relación a las tarifas y la quita de subsidios. Veremos de qué manera podremos equilibrar esta situación, pero estamos muy preocupados”, resumió Fabiana García.