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Alpachiri: Los juegos del agua reemplazan a las actividades de contacto

Esta temporada las colonias de vacaciones de La Pampa fueron autorizadas a desarrollarse bajo estrictas medidas de prevención, en horario reducido, entre el 4 de enero y el 4 de febrero y respetando..

Esta temporada las colonias de vacaciones de La Pampa fueron autorizadas a desarrollarse bajo estrictas medidas de prevención, en horario reducido, entre el 4 de enero y el 4 de febrero y respetando los protocolos dispuestos por el gobierno provincial. A pesar de las restricciones, en la mayoría de los pueblos se colmaron de niños y niñas deseosos de reencontrarse con sus pares, disfrutar de actividades y chapalear en la pileta, aunque no estarán permitidas las pernoctadas y los tradicionales campamentos.

«La modalidad de burbujas está funcionando muy bien y creemos que ambas posibilidades podrían agregarse, si no esta vez en ediciones posteriores: con controles adecuados y manteniendo las burbujas podrían hacerse también los fogones, pernoctadas y campamentos», sostiene Sebastián Monge, encarado de la Colonia de Vacaciones de Alpachiri.

Aún en plena pandemia fue posible organizar las clásicas actividades veraniegas en toda la provincia. Alpachiri cuenta con el Parque Recreativo Municipal «Guillermo Urrez», de 12 hectáreas, ubicado al norte de la localidad, con instalaciones de camping, albergue para 60 personas, canchas de fútbol, vóley, básquet y hóckey, juegos infantiles y hasta una «placita de la salud». Si bien durante varios meses el predio permaneció vacío y sin actividades, su sistema de riego permitió mantener la frondosa sombra y el plan de la comuna para los próximos meses incluye la construcción de algunos quinchos para mejorar el sector de camping y parrillas.

El viceintendente local, Abel Kloster, explicó que el municipio «decidió disponer este predio exclusivamente para la colonia, planteada de acuerdo a las medidas definidas por la provincia, con los asistentes distribuidos en burbujas a cargo de un líder y adecuadas por edades y por curso, contemplando en lo posible que los niños sean los mismos que después mantendrán contacto en la escuela».

La inauguración estaba prevista para el 4 de enero, pero la lluvia obligó a postergarla para el día siguiente. «Tenemos 88 inscriptos, que asisten todos los días, de 10 a 12 horas, En otras temporadas llegamos a tener entre 140 y 160 niños, pero el temor de algunas familias ante la situación sanitaria redujo la asistencia», comenta Monge. Esta situación se repite en cada pueblo y responde a una lógica de prevención de muchos padres y también a las reducciones de horarios e imposibilidad de hacer actividades de campamento.

Actividades alternativas.
En Alpachiri los asistentes se dividen «en ocho burbujas, con grupos de 3 a 13 años». También hay un natatorio de 25 por 12 metros, con seis andariveles, que sirvió para que los niños pudieran reencontrarse con el agua. «Es el mayor atractivo para todos. Fue un año muy difícil y los niños esperaban ansiosamente el verano para disfrutar de la pileta y los juegos con agua», advierte Monge.

Este año las colonias no pudieron incluir actividades deportivas ni de contacto. Separadas entre sí, cada burbuja desarrolla juegos de búsqueda, competencias de relevos, tareas predeportivas de básquet y vóley, actividades recreativas «y muchos juegos con agua, que son los preferidos de los chicos».

De acuerdo al protocolo, cuando los niños llegan al predio se les toma la fiebre y son incorporados directamente a su burbuja, por turno y orden de llegada. Si alguna persona registra síntomas, deberá ser aislada transitoriamente en el albergue hasta que llegue la ambulancia del hospital, que se encuentra a menos de mil metros. «Cada líder lleva consigo una botellita de alcohol en gel y sanitizantes.

Hasta ahora todo funcionó perfectamente, los chicos respetan las normas y no registramos excesos ni comportamientos irresponsables». Este año tampoco pueden compartir el tradicional refrigerio, y por eso antes de salir cada niño retira una bolsita con la vianda «para llevar a su casa o comerla por el camino».

«Todos están muy conformes, se los ve sumamente felices y la colonia está funcionando de forma continua y sin problemas. Sabemos que éste también será un año duro y seguramente la mayor complejidad llegará en el invierno, pero los chicos se adaptaron muy bien a los protocolos, vienen con barbijo, se mueven coordinadamente y eso permitirá otorgarle mayor continuidad a las actividades deportivas» advierte Monge.

Aunque deben respetar restricciones, también los mayores tienen permitido el acceso a la pileta durante la tarde. «Se organizó previamente la inscripción para que los adultos pudieran tomar clases de natación, lo que podrán hacer todas las tardes hasta el feriado de carnaval, pero el natatorio no está habilitado para público general» aclaró Monge.

Un futuro incierto.
A pesar de la esperanza surgida con la aparición de las vacunas, aún resulta incierto el futuro de las actividades deportivas para este año. «En nuestra localidad retomamos en junio los entrenamientos de atletismo. No cortamos en el resto del año y hasta pudimos competir en las pruebas virtuales, pero muchas disciplinas padecieron el aislamiento porque las familias preferían no mandar sus chicos y estuvo muy limitada la participación».

Alpachiri registra una profusa actividad deportiva y cuenta con equipos de fútbol, básquet, hockey, vóley, patín y paddel, además del atletismo y la práctica de pelota a a paleta. «Resultó un año muy complejo y hubo que reemplazar y adaptar el ejercicio práctico por formas de virtualidad, pero seguramente esto servirá para adecuar las actividades a esta situación tan especial porque muchas prevenciones llegaron para quedarse y deberán seguir implementándose», concluye.

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